El Cristo del Amparo recorre las calles de la Villa Adentro

Las empinadas y sinuosas calles del bario gótico-judío Villa Adentro, volvieron a ser testigos en el Martes Santo de la procesión penitencial del Cristo del Amparo (talla gótica del siglo XIV), cargada de motivos medievales y que transcurre en un silencio sepulcral sólo roto por el sonido de un tambor y las matracas de unos cofrades penitentes que portaban cruces, farolas, espinas y clavos de Cristo, y antorchas, otro rasgo más de la singularidad de esta procesión de origen ancestral.

La silueta iluminada del Castillo de Luna fue testigo de un cortejo cuya celebración peligró por las lluvias que lo precedieron y que, a pesar de las inclemencias meteorológicas, del frío y viento reinantes en las últimas horas del día, transcurrió con normalidad, eso sí con menor acompañamiento que en otras ocasiones. Desde la sede canónica donde se guarda y adora la imagen, la iglesia de Santa María del Mercado, partió la procesión y viacrucis a las 22.30 horas para recogerse, tras recorrer la estación de penitencia, pasadas unas dos horas.

El Cristo del Amparo es una talla de madera de finales del siglo XIV, uno de los escasos cristos góticos que existen en Extremadura, y que habitualmente preside el arco toral de la iglesia Santa María del Mercado, en Alburquerque. La talla fue restaurada en 2016 en el estudio del alburquerqueño Isaac Navarrete, en Jerez de la Frontera (Cádiz), puesto que se encontraba en muy malas condiciones al estar repintada y prácticamente comida por xilófagos, apareciendo en la restauración su policromía original una vez que se eliminaron las sucesivas capas de pintura añadidas.

En cuanto a las procesiones de los días festivos de la semana, se celebrarán, si la meteorología lo permite, destacando el origen barroco de algunas de las imágenes y pasos, y la fuerte devoción popular que marcan estos días consagrados a la pasión y muerte de Jesús.

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