

Regresó la San Silvestre Alburquerqueña, tras el obligado parón durante dos años motivado por la pandemia. En la apacible tarde, en cuanto a temperaturas pero no tanto en cuanto a lluvias, del 31 de diciembre, unos 200 participantes quisieron despedir el año haciendo deporte sobre un circuito con salida y meta en el paseo de la Alameda, que transcurrió por algunos de los puntos más emblemáticos del patrimonio local, incluyendo el paseo de Las Laderas y el barrio medieval Villa Adentro.
A pesar de que el terreno mojado y resbaladizo hizo peligroso parte del recorrido, los corredores de la categoría élite «volaron» sobre él, como fue el caso de Sergio Espino y Ana Conceiçao, ganadores en la general, mientras que en la carrera más concurrida y cargada de disfraces, la popular, los primeros en llegar fueron José Antonio Moreno y Laura González.
La séptima edición de la San Silvestre Alburquerqueña comenzó a las 16:10 horas tras guardarse un minuto de silencio por D. Francisco Mozo, padre de uno de los organizadores, Manolo Mozo, fallecido el día antes. A las 18.00 horas se celebró la entrega de trofeos en la que participaron el alcalde, Manolo Gutiérrez, y tres concejales: Noelia Pavón, Alicia García y Javier Blázquez. La carrera se dividió en siete categorías, desde la élite, con 2.150 metros de trayecto, a retacos, que recorrieron 120 metros.
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