

El IES Castillo de Luna celebró en la tarde del viernes, 22 de marzo, la gala del fallo y entrega del XXXIV Concurso de Narraciones Luis Landero. Un acto, celebrado en la Casa de la Cultura Luis Landero, que contó como cada año con la presencia del escritor alburquerqueño afincado en Madrid, quien hacía así un alto en el camino en medio de la vorágine promocional de su última y exitosa novela 'La última función' (Tusquets Editores). Al concurso se han presentado en la presente edición 244 relatos de la categoría general y 109 de la categoría infantil, haciendo un total de 353 (85 relatos más que la edición pasada). Los trabajos, firmados por estudiantes de secundaria de habla hispana de hasta 21 años, proceden de todo el estado español y de algunos países latinoamericanos. El relato ganador, 'Soy Isidro', obra de Irene Palacios, del Colegio Claret de Don Benito (Badajoz), está premiado con 600 euros, mientras que los dos accésits lo están con 300 cada uno, más la publicación de los tres relatos.
El jurado lo formaron trece profesores del centro educativo organizador, siendo Dionisio López su presidente y quien leyó el acta antes de ceder la palabra a los ganadores y a Luis Landero.
En su, siempre esperada alocución, el escritor, Premio Nacional de las Letras Españolas 2022, Premio Nacional de Literatura y Premio de la Crítica por su primera novela 'Juegos de la edad tardía' (Tusquet Editores 1989), y desde febrero de 2023 Hijo Predilecto del pueblo de Alburquerque, valoró lo difícil que es mantener durante 34 años un certamen literario. Tras el capítulo de agradecimientos, afirmó que siempre tiene presente a su pueblo en sus escritos. «Siempre aparece Alburquerque, porque mi patria es la infancia que viví aquí». De hecho, explicó que en 'La última función' hay varios guiños al pueblo. «Yo tenía que inventar un pueblo en esta novela y le puse San Alvin en recuerdo a una calle de Alburquerque, y me acordé de la fiesta medieval, y hay varias alusiones a personas reales de aquí, de los que cojo sus nombres, sus apellidos: Francis, Robles, Maya...».
La novela está protagonizada por un amigo real del autor, Tito Gil, «un artista que buscaba el arte por el arte, de forma desinteresada. Lo acompañé a la guitarra, mientras él recitaba a Lorca. Ahora con 86 años, Tito no se considera un fracasado porque él no buscaba el éxito como ocurre hoy día, que se persigue como un canto adictivo, como una droga». En este momento recordó a otro Tito, el de Alburquerque, Tito Fenoll, «otro enamorado del arte, de la cultura, que también pertenece a la estirpe de artistas insobornables que buscan cumplir un sueño, y en ese intento no se fracasa, porque son los que no lo intentan los que sí fracasan. Don Quijote no fracasa, se levanta y vuelve a intentarlo. La gloria está en el camino, no está en ninguna parte. Yo cumplo 76 años el lunes y sigo persiguiendo el mismo sueño que cuando empecé a escribir, persistiendo en ese sueño». Por eso, aconsejó a los jóvenes escritores premiados, que no dejen de escribir y buscar sus sueños. «Que el niño o la niña que fuisteis viaje con vosotros de polizón en el barco de la madurez, para que nunca os falte el entusiasmo propio de la infancia y la capacidad de asombro que tienen los niños. Aunque no aspiréis a ser escritores, estad seguros que la escritura os hará mejores personas y en las palabras tendréis amigas fiables que nunca os traicionarán», dijo, entre los aplausos de los presentes. Landero se despidió realmente emocionado por estar en su pueblo, «y de que el premio lleve mi nombre».
Durante la gala no faltaron las coreografías montadas por profesores y alumnos del centro, y se contó con la asistencia de alumnos y profesores del instituto invitado, en esta ocasión pertenecientes al IES José Manzano de Don Benito.
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