

Alburquerque recuperó el pasado sábado, 15 de junio, la Velada de San Antonio, tradición religiosa secular que se celebraba con procesión y verbena, y que se mantuvo hasta la década de los 70 del siglo pasado. En esta ocasión se retomaron los actos en la plaza de San Francisco y se concibió con fines benéficos, la finalización de la rehabilitación de la iglesia de San Francisco (s. XVII), templo que lleva cuatro años cerrado al culto por los trabajos inconclusos de restauración del retablo mayor, de estilo barroco-churrigueresco.
El párroco, Domingo Sánchez, muestra su satisfacción por la respuesta positiva de la población. «Gracias a Alburquerque que se ha volcado y ha demostrado qué pueblo es». La mañana comenzó con una ruta guiada por el patrimonio eclesiástico de Alburquerque, para desarrollarse posteriormente el resto de actos en la plaza de San Francisco (misa de campaña, actuaciones de Albahaca, Las Rocieras, La Tuna de Alburquerque, la Escuela de arte flamenco de Angel López y Carmen Ramayo, Dj. RCA, Petakika y Tendio de Sol. Durante la jornada se contó con barra de bebidas y comidas y pantalla gigante para presenciar el partido de fútbol España-Croacia).
En total se recaudaron 20.729 euros, a lo que hay que restar 4.944 euros de gastos, con lo que el saldo neto asciende a 15.785 euros. El sacerdote explica que el presupuesto total del proyecto de restauración del retablo asciende a 63.000 euros. «Gracias a los convenios entre el Arzobispado y la Diputación se costea todo; la mitad por cuenta de la institución provincial y la otra mitad entre el Obispado y la Parroquia con ayuda de la Iglesia diocesana, con nuestros fondos propios, incluyendo lo que hemos reunido ahora en la Velada de San Antonio gracias a la generosidad de todos, desde el Ayuntamiento, a los proveedores, los colaboradores y voluntarios, grupos de música y baile, equipo de sonido, vecinos del barrio y del pueblo en general ».
Una vez que concluya esta fase de restauración se continuará con la de los dos retablos laterales de la iglesia que albergan a San Antonio de Padua y San Pedro de Alcántara, que sufren el mismo problema por ataque de insectos xilófagos, concretamente de termitas, con el consiguiente deterioro y riesgo de desprendimientos. Además, se costearán los trabajos de impermeabilización de las cubiertas y de canalización del patio de entrada. Para todo ello se contará de nuevo con ayuda de la Diputación de Badajoz y de la Iglesia Diocesana, junto a la Parroquia de Santa María del Mercado y San Mateo. «Por lo que pondremos en marcha otras medidas para conseguir que a lo largo de 2025 se pueda terminar prácticamente todo y que podamos abrir de nuevo al culto la iglesia de San Francisco», concluyó el párroco.
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